En dias pasados alumnos de la carrera de comunicación de la ENEP-Acatlán (UNAM) vinieron a casa para hacerme una entrevista. Esta era parte de una investigación sobre la gente que todavía vive en lo que se ha llamado desde hace años la Zona Rosa.
Llevo viviendo en este barrio 15 años, y me ha tocado ver la profunda transformación que ha sufrido. Me tocó ver la salida de los últimos grandes sastres, el cierre de las galerías de arte, la desaparición de las joyerías y las platerías además de los viejos restaurantes.
Todas las ciudades se transforman, pues son entes vivos. Lo que me parece increíble es que una zona tan céntrica, que linda con la avenida más relevante del país (El Paseo de la Reforma), con una infraestructura hotelera de primer orden, la cercanía de varias embajadas, etc. se haya degradado a lo que es hoy.
La prostitución, las drogas y la inseguridad están a la orden del día, en especial en los bares y antros que las autoridades han permitido.
¿Será posible que con las nuevas torres habitacionales y los importantes hoteles (Reforma 222, Marriot, Ritz-Carlton, Hyatt) se logre rehabilitar esta zona? Esperemos que, como ha ocurrido con el Centro Histórico de la Ciudad de México, se pueda hacer un rescate integral de esta zona.
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